Desde que la cuadrilla encabezada "espiritualmente" por el recordado Gonzalvo, con Palomar, Tarzán, Manuel el Herrero, El Feo, etc., desbancara, no de manera amistosa sino con el poderío de una juventud bravía y arrogante de fuerza que acabó por imponerse a los clásicos emboladores y sogueros poco después de acabada la guerra civil de 1936-1939, con nombres tan míticos como el de Valero, no se había vivido una situación como la que se comienza a vislumbrar estos últimos meses. Aquellos aguerridos personajes que marcaron un tiempo y que han tenido como herederos naturales a míticas figuras de su entorno familiar o cercano de la talla de Miguel y Clemente Palomero, Enrique y Pepe "Laguna", Ángel “Madaleno”…, en un verdadero dominio taurino-jerárquico de más de medio siglo, aguantando el envite de sucesivas oleadas de pretendientes a lo más alto del escalafón, como Antonio “Mata”, entre otros, que intentaron disputarles infructuosamente, por ausencia de respaldo, el monopolio de la fiesta… parece que comienza el asalto de un nuevo grupo de jóvenes que quieren apartar a los actuales primeros espadas, instalados sobradamente en la cuarentena larga.
Era un chascarrillo que se venía escuchando estas últimas fiestas patronales de la Santa Cruz. Se sabe que han lanzado su candidatura al mismo alcalde y que su intención es levantar cabeza y competir por los puestos principales de una tradición centenaria. Ya veremos que ocurre, pues muchos buenos lo han intentado y no lo han conseguido, por falta de apoyos o por el temple de una generación histórica. Aunque tienen a su favor la inexistencia de una continuidad natural en activo de la actual cuadrilla y la edad de los actuales emboladores, que le va mermando, naturalmente, facultades.
Foto: Corina Arranza. ABC, 27-07-2011 |
Pase lo que pase, creo que es necesaria una aportación de sangre nueva a una costumbre, la del toro en Rubielos, que parece aletargarse ante la ausencia de reforzadas nuevas figuras que, con la competencia y las oportunidades, puedan renovar ese carácter y ese genio que años atrás tuvo. No obstante espero que, si así ocurre, si de verdad están a la altura, todo sea una continuidad y no se pierda la sabiduría, los conocimientos y el temple de instituciones como los Palomero, que tanto han ofrecido a la conservación del rito más auténtico de nuestra tauromaquia.